La historia de la humanidad está repleta de crisis en todas las épocas y de todo tipo, el problema es que tenemos poca memoria histórica.
Si la realidad cambia, uno está obligado a cambiar con ella o se queda atrás. La frustración procede de no aceptar la realidad.
Tras tres meses, nos hemos dado cuenta que hay que cosas que no podemos controlar. La aceptación siempre es una liberación, porque sólo lo que aceptamos lo podemos transformar.
El precio de hacer lo mismo siempre es mayor que el precio del cambio, aunque a corto plazo sea más placentero porque el cambio asusta, duele y lleva tiempo.
Hoy os traigo una reflexión;
¿Estamos educando a nuestros hijos, alumnos para que sean capaces de adaptarse a un futuro incierto?
La sociedad actual requiere algo más que un buen rendimiento académico. Se necesitan personas creativas, emprendedoras, líderes, talentosas y con un profundo autoconocimiento personal que les permita manejar sus propias emociones y saber relacionarse con los demás.
¿Has oido hablar de la Educación Consciente?
Es ir un paso más allá.
Es educar de manera consciente partiendo del autoconocimiento y desarrollo personal de los adultos.
Esto supone educar primero a los adultos para dar lo mejor a los niños. Para que crezcan sanos emocionalmente sin perder su esencia, que mejoren su capacidad de comunicación y sean quienes quieran ser.
Para ir más allá, es necesario que los adultos nos conozcamos, superemos nuestros miedos e inseguridades, identifiquemos nuestras creencias limitantes y las transformemos en potenciadoras.
Requiere ponerse gafas nuevas para desaprender y aprender mirando en nuestro interior.
Supone quitarnos capas como la cebolla para recuperar nuestra esencia, que en muchas ocasiones se ha visto envuelta por miedos, inseguridades, vergüenza, etiquetas, comparaciones, etc..
La vieja escuela ya no nos sirve para un nuevo mundo y una nueva realidad que nos muestra que, para adaptarse a los cambios y tanta complejidad, necesitamos una “nueva” educación.
Una nueva educación que comienza siempre por nosotros, los adultos. Sólo podemos inspirar desde el ejemplo.
Como primer paso, te invito a que te plantees las siguientes cuestiones:
¿Qué crees que tienes que dejar de hacer en la educación de tus hijos?
No se trata de sentirnos culpables por las cosas que hemos hecho mal hasta ahora, sino de pensar que podemos hacer a partir de ahora para mejorar.
¿Qué es lo que más deseas para tus hijos? ¿Cómo vas a educar para conseguir tus deseos?
Educar es una magnífica oportunidad no solo para acompañar a nuestros niños en su propio crecimiento personal, sino también para AUTODESCUBRIRNOS y permitirnos CRECER COMO PERSONAS.
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…. en cada vuelo, en cada sueño, en cada vida,
perdurará siempre la huella del camino enseñado.
Madre Teresa de Calcuta
Comentarios recientes